¿Garcano?
El gobierno le expresó su malestar al canciller uruguayo Reinaldo Gargano por el cierre fronterizo.
Último momento: Cesar Isella se arrepiente de haber hecho «canción con todos» y se corta las venas con una entrada de la «ferifiesta» del partido comunista
Me crié en una época en la cual esperaba que la revolución fuera cayendo como ficha de taxi por Latinoamérica; luego vendría la disolución de las fronteras, porque eramos lo mismo, estábamos antes que los españoles y nos oprimía el imperialismo a todos por igual.
Hoy pensaba que las dictaduras y las pseudo-social-democracias de principios de los ochenta, lograron cierta integración sudamericana en el marco de las relaciones exteriores. En el primer caso, se sabe que todo hijo de puta es pragmático por naturaleza: plan cóndor, guerra de Malvinas. En el segundo caso, una época más libertaria, se había comprendido tarde pero seguro, el concepto de polvorín o reguero de pólvora, es decir, si se caía alguna incipiente democracia, se caían todas.
Por la mañana hojeaba los diarios y blogs por Internet y observaba lo siguiente, en esta latinoamérica de péndulo a izquierda:
El zurdito de Tabaré le dice al zurdito de Kirchner que el bloqueo de los puentes se parece al cubano.
El progre de Kirchner le dice al progre de Tabaré que le clavó un puñal por la espalda.
El izquierdista Chavez le dice al socialista Rodríguez Zapatero que Aznar fue un facho.
El izquierdista de Rodríguez Zapatero replica al revolucionario de Chavez y le dice que el pueblo nunca se equivoca.
El Rey, viejo sabio, simplemente levanta la voz: «¿¡Por qué no dejás de actuar y cerrás el orto!?» (El Rey no es de izquierda ni derecha, el rey gobierna por mandato de Dios).
¿A dónde voy? Al concepto de representatividad que sacó a la cancha Leonardo Sai, hace poco en un post en Nación Apache (en breve haré la referencia). Un diputado del partido colorado, dijo: “no se está discutiendo ambientalismo, sino soberanía”. Otros estúpidos de algunos blogs le hechan la culpa a Kirchner o a Tabaré. No señores, lo que sale debajo de la alfrombra ahora, por suerte, es que no existe un amor latinoamericano per se. Nos odiamos, odiamos y nos odian. Cuando fui a Brasil el argentino fanfarroneaba por regatear al comprar en la playa a un favelero, algo que de por si valía nada en diez veces menos su valor. Fue todo un menemismo turístico de humillación. Los uruguayos nos aborrecen porque dependen, dependieron siempre de nosotros. Lo dijo el mismo ex presidente: “argentinos, una manga de chorros…” ¿Quién fue el guanaco que inventó el estado tapón? Nosotros pensamos que el uruguayo es falso, vago y quilombero.
¿Se entiende la idea? No quiero extenderme, la diplomacia latinoamericana como nunca está reflejando, representando la real realidad, y hasta con diálogos de tachero y doña Rosa. ¡Es fantástico!, sólo si asumimos esto podremos avanzar en una superación de los conflictos fronterizos, que por cierto, el fondo de mi casa está lleno de yuyos y no lo cuido, pero si engancho a alguien adentro lo cago a tiros. ¿Cuánto nos importan los ríos, las Malvinas? Mucho y nada.
Mientras tanto, el nieto de Cesar Isella, que salió skinhead, planea reescribir la canción de su abuelo. Para ello tiene previsto combinar, entre pocas, estas palabras: yorugua, chilote, brazuca, curepí, peruca, bolita, paragua…por la cintura cósmica del sur…
(Letra: Tejada Gomez, música: Cesar Isella)